Tonucci, presenta un artículo muy interesante titulado “ El nacimiento de un lector”. Un artículo que a pesar de no ser muy extenso, es capaz de explicar en esos pocos párrafos todas y cada una de las cosas que tanto educadores como papás y mamás… hacen mal.
El autor ha llegado a la conclusión de varias cosas, pero que todas ellas, tiene un motivo inicial: LOS OBJETIVOS. Con esto se refiere a montones de técnicas mal empleadas, pero también, a la necesidad y obsesión que tienen los adultos en las esculas de la importancia que tiene, que los niños hagan la lectura en voz alta.
Personalmente, no digo que sea mala. De hecho pienso que es una de las cosas que poco a poco hay que desarrollar en los niños… pero… “POCO A POCO”. Lo que no se puede pretender, como bien nos dice el autor es que se le pida al niño que lea en alto delante de todos sus compañeros y que después sea capaz de decirnos lo que ha leido. Pienso que es completamente absurdo… y si lo pienso no es porque sea experta en estos temas… es porque yo también lo he vivido. También he pasado por la mala experiencia, de ponerme colorada delante de la clase por no saber resumir un párrafo de cualquier texto.
Todos sabemos que nos centrábamos en leer bien, y en deslumbrar a los demás con nuestra pronunciación en vez de disfrutar del contenido y de la lectura en sí misma. La idea para poder ir mejorando la lectura en voz alta de los niños y que además, sepan qué les está diciendo el texto, es la PREVIA PREPARACIÓN. En definitiva, esta frase que Tonucci escribe en su artículo resume a la perfección lo dicho anteriormente: “«leer bien»: los ojos atentos de los oyentes serán una verificación mucho más eficaz que la escucha poco atenta del maestro”
Otro de los errores claros que ve el aultor en los procesos educativos, que intervienen en el desprecio a la lectura, es la prohibición a la elección de un libro. Cada persona es completamente diferente, por lo tanto, no les tiene que gustar a todos el mismo libro… ¿ Por qué no dejamos que sueñen con lo que ellos quieran? Siempre y cuando, haya estado presente la previa intervención del maestro en saber escoger adecuadamente, los libros que se correspondan con los gustos, edades e intereses de los alumnos.
Y es que, como bien comenta Tonucci: “El libro de lectura, el titulo de narrativa, iguales para todos, que deben leer todos en el mismo momento, a la misma altura y con el énfasis en la misma línea, porque en realidad no sirven para leer, no ayudan ni a niños ni a jóvenes a entender que la Lectura es una experiencia cultural bella por sí misma, que vale la pena, pero que sirve para otra cosa”
Ya sabemos que las cosas se están haciendo mal. Pero por el simple hecho de saberlo, deberíamos aceptar los consejos que tantos expertos nos dan. Francesco Tonucci en este caso, nos exlplica que la admiración por la lectura puede llegar si se siguen pautas como las siguientes:
- Lea a los niños… porque la audición es muy buena lectora. Ella conseguirá despertar en los más pequeños interés y muchas curiosidades. Sin embargo, hay que tener clara una cosa, y el autor la explica perfectamente: “Un adulto al que no le gusta leer nunca podrá suscitar en sus alumnos está actividad. Por ello, el maestro que quiere educar a los alumnos en la lectura deberá apasionarse con ella antes que nada.” Porque si alguien pretende transmitir algo, que nunca le han transmitido a él mismo… la acción no valdrá para nada.
- Será necesario depender de una biblioteca escolar. El milagro de admiración a la lectura puede llegar si disponemos de una gran variedad de historias que sean capaces de ilusionarles. Y en el caso de las familias, se podría hacer el intento de regalar un libro a un juguete. Siempre y cuando pongamos motivación al asunto.
- Y por último, al igual que sacamos a los niños de excursión al campo donde aprenden conceptos de naturaleza… ¿por qué no les llevamos de excursión a una librería?... Porque al igual que dice Tonucci, esa salida a la tienda de los libros, nos puede ayudar también a seguir conociendo los gustos de nuestros alumnos. ….
Ofrece a tus alumnos lo mejor de ti. Haz que encuentren motivación en todo lo que sea posible….
Recompensa: Una sonrisa diaria de tus alumnos.
Una estupenda reflexión sobre el artículo de Tonucci. Te la anoto.
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