domingo, 21 de octubre de 2012

T.H.D.A

Algo nuevo para las entradas de este blog, pero que abunda en la actualidad social y educativa.
 Cada vez son más los niños a los que se les diagnostica el síndrome del THDA, conocido como la hiperactividad.

Veréis a continuación un vídeo, subido por una revista llamada “guía infantil”, que nos cuenta de manera resumida los problemas que un niño con este déficit de atención presenta.






La hiperactividad es un trastorno de conducta. Los niños que la presentan, muestran una intensa actitud motora sin que necesariamente tenga un propósito.
De la página web, he obtenido una serie de datos que quiero que observéis:

INDICADORES DE HIPERACTIVIDAD SEGÚN LA EDAD

He seleccionado la etapa a partir de los 6 años por ser la que inicia la primaria:
  A partir de 6 años. Impulsividad, déficit de atención, fracaso escolar, comportamientos antisociales y problemas de adaptación social.

Los síntomas pueden ser clasificados según el déficit de atención, hiperactividad e impulsividad: 

• Dificultad para resistir a la distracción.
 • Dificultad para mantener la atención en una tarea larga.
 • Dificultad para atender selectivamente.
 • Dificultad para explorar estímulos complejos de una manera ordenada. • Actividad motora excesiva o inapropiada.
 • Dificultad para acabar tareas ya empezadas.
 • Dificultad para mantenerse sentados y/o quietos en una silla.
 • Presencia de conductas disruptivas (con carácter destructivo).
 • Incapacidad para inhibir conductas: dicen siempre lo que piensan, no se reprimen.
 • Incapacidad para aplazar las cosas gratificantes: no pueden dejar de hacer las cosas que les gusta en primer lugar y aplazan todo lo que pueden los deberes y obligaciones. Siempre acaban haciendo primero aquello que quieren.
 • Impulsividad cognitiva: precipitación, incluso a nivel de pensamiento. En los juegos es fácil ganarles por este motivo, pues no piensan las cosas dos veces antes de actuar, no prevén, e incluso contestan a las preguntas antes de que se formulen

 Son niños que requieren tener como profesores a alguien profesional. Cada vez son más casos y por lo tanto, más niños por aula los que se encuentran con este problema.
Un profesor debe tener en cuenta que la actitud de un alumno como estos, no es la misma que la que utiliza el “graciosete de turno” para interrumpir la clase.
Pienso que es necesario formarse para estar preparado.
Pero es importante aclarar, que ni mucho menos los maestros tenemos que ser psicólogos, ni tampoco tenemos que dar consejos a los profesionales de este trastorno,  sobre qué hacer con el alumno, porque ese no es nuestro trabajo.
Pero lo que sí nos incumbe a nosotros como educadores, es saber cómo llevarlos y cómo tratarlos en clase. Ellos no deben notar que les tratamos diferentes, como si tuviesen un grave problema, pero sí  tenemos que añadir alguna dosis más de paciencia para conseguir que ese niño o niña, salga a delante y no consiga llegar al fracaso escolar.
Son niños que pueden ofrecer muchísimo. Y si me atrevo a decir esto, es porque llevo dos años viviendo una experiencia dos veces por semana con un niño con déficit de atención. (Clases particulares)
Yo me dedico a organizarle, le ayudo a tener limpios y ordenados los cuadernos… El no necesita de mi ayuda para hacer los deberes porque es muy inteligente. Es capaz de sorprenderme con todo lo que sabe muchos de los días… Pero sin embarho, este niño necesita motivación.
Tristemente, tengo que oír muchas veces de su boca que en clase la profesora le llama pesado y por eso le manda a sentarse al final de la clase...

¿No se dan cuenta que si es pesado es porque se quiere sentir protagonista por un rato?

¿No saben que si se comporta así, es porque le cuesta relacionarse con la gente y por ello, quiere llamar la atención?

¿No saben que a un alumno con déficit de atención no se le puede tener sentado al final de la clase?

 Es un niño, que necesita a alguien que le estructure y que esté encima de él en ese aspecto. A pesar de que cuesta, y que es duro… me siento muy orgullosa de saber que poco a poco, voy recibiendo noticias de sus profesores que me dicen que los cuadernos, caligrafía  y notas de exámenes están mejorando con el paso del tiempo.


 La cara de felicidad, y el brillo en los ojos que muestra cada vez que le felicito, no tiene precio.





Fuente: http://www.guiainfantil.com/salud/cuidadosespeciales/la_hiperactividad.htm



2 comentarios:

  1. Una entrada muy interesante aunque no pierdas de vista que muchos de los niños que están diagnosticados con este trastorno son simplemente niños que no consiguen ajustarse a una sistema educativo que los obliga a estar quietos y haciendo cosas impropias de su edad.
    A lo largo de los siglos, los niños hasta los 10 o 12 años pasaban la mayor parte del día jugando en la calle o con sus hermanos. Eran hiperactivos, es decir: cambiaban de actividad continuamente, curioseaban aquí, corrían para allá, hacían lo que les apetecía casi siempre y no se veían obligados a estar sentados encima de un libro de texto escuchando a una persona incapaz de ponerse a su nivel.
    Más o menos la mitad de los rasgos que aparecen en el texto son simplemente propios del momento evolutivo.
    Estaría bien que siguieras indagando sobre el tema y descubrirás que hay una gran corriente de psicólogos y psiquiatras que claman contra los diagnósticos express que se hacen para medicar a los críos y tenerlos calladitos y dóciles en la clase.
    Es un tema muy interesante pero también muy difícil si no eres una experta.
    Echa un vistazo al vídeo sobre etiquetas que les ponemos a los niños que encontrarás en mi blog. Y, si te interesa, sigue tirando del hilo.
    Te puedo poner el ejemplo de una amiga mía a la que le dijeron los psicólogos del cole que sus hijos eran hiperactivos y que tendría que tratarlos y medicarlos. La supuesta hiperactividad desapareció cuando esta madre preocupada cambió a sus hijos a un centro escolar que trabajaba por centros de interés (parecido a los proyectos). La niña ya pasó al instituto de Secundaria y saca buenísimas notas. El niño adora el cole y ninguno de sus profesores tiene queja de él.
    No digo que no exista el THDA pero, si la escuela cambiara para adaptarse a las necesidades de los niños, te aseguro que los casos se reducirían hasta conseguir la incidencia natural de cualquier trastorno: una pequeñísima parte de la población.

    ResponderEliminar