Recuerdo y me quedo con algo que hablamos ya en clase, pero que considero necesario recordarlo las veces que sea necesario:
¿Cómo vamos a pretender, que en un determinado momento o cuando los alumnos llegan a la secundaria sepan elegir, decidir de forma autónoma lo que deben de hacer tanto en la vida como en las actividades de aula, si desde la primaria, llevamos diciéndoles que las cosas se deben de hacer de una determinada forma en la que ya no existen más opciones?
Sabemos que un maestro debe guiar, debe recomendar, debe enseñar unos valores que lleven al niño a saber detectar por el solo, lo que sí se puede y lo que no se puede hacer. Pero lo que me parece realmente mal, y que por lo tanto queda también como tarea pendiente en la asignatura de EDUCACIÓN, es que se le esté continuamente diciendo al alumno cómo lo debe de hacer sin dejarle decidir, crear, imaginar e incluso, sin dejarle pensar.
Un maestro debe enseñar a aprender pero no debe enseñar qué aprender. Un maestro debe enseñar a pensar, pero no enseñar qué deben pensar.
Es cierto que puede haber alumnos rebeldes, vagos, etc. Pero muchas veces somos nosotros los profesores los encargados de hacer a los niños así.
Yo tengo claro, que si un niño no sabe lo que hacer a la hora de que yo le de la libertad para realizar una actividad, no le voy a regañar… ni tampoco pensaré que no quiere hacerlo. Más bien, pensaré que anteriormente con ese alumno, no han trabajado eso y lo más probable, es que siempre le hayan indicado el lugar por donde debe tirar por muy absurdo que sea.
Sabemos que hay que cambiarlo…
¡NO ESPEREMOS MÁS!
Es el vídeo del proyecto La ciudad de los niños. Tienes que hacerte con otros que tocan más temas educativos. Tonucci sabe mirar siempre "con ojos de niños". Me encanta.
ResponderEliminarTe lo anoto.