¿Redacción?

Me asombra todo el juego que dan las clases de literatura. Son muchos temas interesantes y experiencias cercanas los que se hablan en ella. 
Hoy día 25 de Octubre, empezamos con la creación literaria ya el último de los bloques y con un título que me hace ponerme a reflexionar sobre el colegio, infancia, profesores y, trabajos de creaciones literarias. Pero en realidad… ¿Trabajé este concepto de creación en el aula? ¿O quizá lo que solo he trabajado haya sido la REDACCIÓN? 

He aprendido y por ello estoy aquí reflexionando, que la palabra “redacción” dentro del ámbito creación literaria, no define nada. 
Yo al igual que muchos de vosotros, he tenido experiencias desde primero hasta sexto de primaria, en las que he trabajado la supuesta creación. Pero no ha sido como hoy Irune nos ha explicado en la clase. 
Sin embargo, recuerdo a una profesora que tuve en 4 de primaria, que sí que lo trabajó de una forma parecida a los consejos que Irune nos ha dado. 

 Si una profesora decide realizar con los alumnos un taller de creación literaria, o simplemente, hacer que sus alumnos compongan un texto personal, individual y creativo, no debe decir nunca: “chicos para mañana una redacción sobre…” 

La creación literaria no es redacción. Aunque esta enseñe a ir mejorando poco a poco la coherencia y cohesión en los textos de los alumnos. 
Irune hoy nos ha puesto un ejemplo que es exactamente lo mismo que a mí me hacían. 
Cada vez que había que escribir algo, la técnica que usaban los profesores para valorar y llevar a cabo lo que ellos llamaban y llaman “taller”, era primeramente hacerte escribir sobre un tema. Lo entregabas después del fin de semana o al día siguiente y la profesora lo corregía marcándote con un bolígrafo de tinta roja las faltas ortográficas que tenias… pero en ningún momento, te aclaraba en qué habíamos fallado. 
Simplemente la devolución de la redacción era con las correcciones ortográficas y una nota numérica o con los típicos: “repetir, regular, bien, muy bien, genial” 
Hoy me han explicado que el corregir y evaluar de esa manera un taller literario, es totalmente absurda.Tenemos que recordar siempre que los actos de creación como tales, son todos perfectos en sí mismos porque se supone que nos estamos dedicando a trabajar la creación y no otra cosa de la lengua española. Por lo tanto, cada vez que un niño cree algo, se debe de dar un refuerzo positivo de la siguiente manera: 
 - Hay que tener claro que cada redacción es un escalón para seguir el proceso del aprendizaje. Por ello, no se debería de evaluar con una nota numérica. 
- El alumno leerá su creación literaria delante de sus compañeros, y cuando este acabe, todo el mundo le dará un aplauso. Porque la creación que es realmente la actividad, ya está realizada por parte del alumno. Evaluaremos por tanto la creación y no las faltas ortográficas. 

 Sin embargo, esto no quiere decir que no se le pueda corregir al alumno la ortografía. Pero para ello también hay que saber cómo hacerlo: 
- Pedimos que realicen la creación literaria. Una vez que cada alumno tenga su composición realizada, pasarán a leerla delante de sus compañeros para que todos disfrutemos de su escrito personal. El refuerzo positivo vendrá después del aplauso y las enhorabuenas de toda la clase a pesar de que se hayan sacado algunos errores que el niño tendrá que evitar hacer, en su próximo relato. 
 Lo que no debemos de decirles, es que tienen que repetir algo que ya han hecho porque está mal. 
Pero… ¿Qué es lo que realmente está mal?, ¿La composición literaria, o que tiene demasiadas faltas ortográficas? 
 - En vez de hacérselo repetir, esperemos a que él se vaya dando cuenta de lo que ha hecho mal y por tanto, debe evitar. Y por último, si también queremos llevar un seguimiento de la ortografía del alumno, les diremos algo como esto: “Chicos me voy a llevar vuestras redacciones para corregiros las faltas ortográficas”. De esta manera, el niño ya sabe que la prueba de la creación literaria ha sido superada y ahora falta ver cómo va en ortografía. 

 Tenemos que tener claro una vez más, cual es el objetivo de cada actividad. 

Un profesor no se puede permitir el error de equivocar conceptos como estos.