viernes, 26 de octubre de 2012

¡ I L U S I Ó N !

Al igual que comenzamos la primera parte del curso, hoy mismo día 26 de Octubre, la terminamos. 
 Creo que he reflexionado muchísimo en cosas muy necesarias para ser lo que yo quiero ser: UNA BUENA MAESTRA
Empiezan las prácticas, y aunque es inevitable tener ese nudo en el estómago al que denominamos “nervios”, voy al igual que todos mis compañeros con unas ganas enormes de disfrutar y aprender. 
Por ello, dejo en esta entrada un pedacito más de información, que tanto a mí como a vosotros os puede ser útil  ahora y en un futuro. 
La información está sacada de una página que ya utilicé para otra de mis entradas.
El tema de esta reflexión, es ver y analizar el tipo de profesor que queremos ser. 
Se trata de conocer algunos roles que los maestros pueden aplicar sobre sus alumnos. Os dejo de manera resumida lo que dice cada uno de ellos…

El enfoque del ejecutivo:

El enfoque ejecutivo el docente es el gerente de los tiempos de la clase, una persona que toma decisiones, principalmente en el modo en que distribuirá el tiempo de los estudiantes dentro del aula. Pero el tiempo empleado en el trabajo académico no es el único aspecto en el que insiste esta mirada. Otros tres elementos ejercer influencia primordial: 
1. Las indicaciones: el docente los utiliza para alertar a sus alumnos sobre lo que hay que aprender y el modo de alcanzar ese aprendizaje 
2. La retroalimentación evaluativa: los docentes corrigen rápidamente los errores tanto de las tareas escritas como de las orales. 
3.El reesfuerzo: desde una sonrisa, hasta observaciones positivas o recompensas aún más tangibles. 
Otro aspecto del enfoque ejecutivo se conoce como oportunidad de aprender, esto es, dar a los estudiantes la posibilidad de aprender. Todos estos rasgos del enfoque del ejecutivo tienen una faceta interesante en tanto le confieren un importante valor al aprendizaje. Aunque podría objetarse que el educador se parece al gerente de una línea de producción ubicándose por fuera del proceso, regulando contenidos y actividades, pasando por alto factores como la motivación individual o las características particulares de cada alumno.


 El enfoque del terapeuta:

Existen dos alternativas respecto a las características particulares del estudiante, la primera, es pasarlas por alto y la segunda, reconocerlas buscando reducir aquellas que con mayor probabilidad obstaculizarían el aprendizaje. Pero habría además, una tercera posición, en la que estas características se transforman en elementos esenciales del proceso mismo de enseñanza aprendizaje. 
El énfasis está puesto pues en lo que el alumno piensa o hace. 
En definitiva, lo que el estudiante es no puede separarse de lo que aprende y de cómo lo aprende. 


 El enfoque del liberador:

Este enfoque pone un gran énfasis en el contenido, prestando menor atención a las habilidades docentes específicas (enfoque del ejecutivo) o a los estados psíquicos y emocionales de los alumnos (enfoque del terapeuta). El propósito, en este caso, es el de liberar la mente del estudiante de los límites de la experiencia cotidiana, de la trivialidad, de la convención, de los estereotipos... (¿del “lugar común?”, ¿de lo “políticamente correcto”?) 
En el enfoque de liberador, el contenido determina en gran parte el modo en que la clase se dará. La “manera” de enseñar no depende de la materia, resulta, por el contrario, aplicable a todos los campos. Involucra virtudes morales (honestidad, integridad, disposición imparcial, trato justo) e intelectuales (racionalidad, amplitud de espíritu, valoración de las pruebas, curiosidad, capacidad reflexiva y escepticismo prudente). El alumno deberá adquirir todos estos valores del mismo modo en que adquiere el conocimiento y la aptitud en cada disciplina. De esta forma, la “manera” es parte del contenido porque mientras éste se comunica, también se enseña el modo en qué este habrá de enfocarse y tratarse. En síntesis, el “hacer” del docente, es una parte vital para el enfoque del liberador 



 Y después de esto… me gustaría que pensarais en algo en lo que yo también he pensado: ¿Un buen maestro se debe determinar por un rol o enfoque concreto?
Desde mi punto de vista, y por todo lo que he aprendido, creo que no es bueno centrarse en algo en concreto. Un buen maestro debe innovar día a día, debe si es necesario cambiar el ritmo de la clase, debe
de ser profesional.
 Creo que un maestro debe de conocer no solo un método sino muchísimos más para saber cuál de todos es el que más se adapta al grupo clase.

Yo me voy a las prácticas sabiendo que no voy a ser yo la que de la clase, pero lo que sí sé, es que voy a observar y a valorar como una verdadera profesional… o por lo menos, lo voy a intentar.


Fuente: http://educacion.idoneos.com/index.php/El_rol_del_docente/%C2%BFQu%C3%A9_tipo_de_docente_soy




1 comentario:

  1. Ni roles ni enfoques. ¡Cómo me cargan las etiquetas! Cada uno es cada uno y tú vas a ser una gran maestra. ;)
    Te lo anoto.

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