lunes, 1 de octubre de 2012

CHICOS… ¡Hoy la clase será en la BIBLIOTECA!


El viernes por la tarde,  y sin nada que hacer en casa, decidí coger lápiz y papel y acercarme al gran edificio de una fachada  un tanto oscura pero con un interior lleno de magia que se encuentra en el barrio donde vivo: LA BIBLIOTECA, o mejor dicho: MI BIBLIOTECA.
La considero mía, por la cantidad de momentos que he pasado desde que empecé la guardería, hasta mis actuales épocas de exámenes en la Universidad.
Ese viernes de camino a casa mientras viajaba en el transporte público con un montón de gente a mí alrededor, me dio por pensar que quizá sería buena idea pasar por la biblioteca sin el concreto interés con el que suelo ir: Coger un libro, o estudiar. Quería ir, para que me informaran un poco acerca de las propuestas de lectura o motivación de la misma que tienen, y así poder comprobar, si seguía siendo lo mismo que tenían cuando yo iba con mis papás a escuchar  cómo me leían cada uno de las frases de un libro.

Nada más entrar, me dirigí a la sala de infantil y juvenil la cual había cambiado bastante. Todo estaba más decorado, mejor señalado y si consiguió atraerme visualmente todo lo que veía, me supongo que aún más a los niños pequeños.En la recepción de aquella sala, se encontraba como de costumbre una mujer encargada de fichar todos y cada uno de los libros que la gente se llevaba para disfrutarlos en su casa o fichar aquellos libros que van a ser devueltos de nuevo a la biblioteca. Además, se trata de una bibliotecaria, encargada de ayudarte a encontrar el libro que desees o que  en concreto, estés buscando.
En mi caso, la ayuda que me tuvo que prestar fue diferente a la mencionada con anterioridad. Necesitaba la explicación de cómo  funciona esta sala, si tenían actividades para los niños, talleres, etc.…  Y sus respuestas a mis preguntas se pueden resumir de la siguiente manera:


Parece ser que muchas de las cosas que se hacían y a las que yo acudía cuando era pequeña, se siguen haciendo. Es el caso de los cuenta cuentos tanto infantiles como juveniles.
Los cuenta cuentos infantiles, se realizan en la misma sala de infantil de la biblioteca todas las mañanas de los viernes. Contratan a una persona desconocida para los niños, y allí, en ese pequeño espacio, los más peques de edades comprendidas entre los 3 y 5 años,  disfrutan de las bellas historias que un libro les puede ofrecer.


La bibliotecaria me comentó que después de la sesión de cuenta cuentos  dedican un rato para que los niños sin ningún tipo de molestia, busquen libros, hablen bajito o dibujen lo que quieran para decorar el interior del centro. Además me comentó, que aparte de acudir niños con sus padres, también son los niños de las guarderías más cercanas los que van con sus respectivos profesores. 



Por otro lado, los cuenta cuentos juveniles (puestos en práctica hace 3 años) ,  se realizan aunque cada vez menos por la falta de dinero y recursos, los viernes por la tarde en el salón de actos. En este caso, son niños de edades comprendidas entre los 8 y 12 años los que acuden a disfrutar de la escucha. Una vez que acaban hacen un procedimiento parecido al de  infantil. Les dirigen a la sala de la biblioteca para que plasmen en dibujos lo que han escuchado y así, se pueda  hacer una gran memoria de la cantidad de sueños e historias que los cuentos ofrecen. También, tienen la libertad de poder leerse libros para que después en un enorme corcho y sobre una hoja de papel , cuelguen los motivos, un breve resumen, el autor, la editorial y el título de un libro, para que los demás, puedan tener una referencia sobre qué leer y por qué leerlo.
Además de recomendar libros, recomiendan ellos mismos, páginas Web dónde se puede hacer uso de la lectura pero desde el punto de vista de las nuevas tecnologías. 



En conclusión, creo que lo que se ofrece en esta biblioteca es muy bueno además de entretenido. Y si he decidido colgar esta entrada sobre esta breve investigación de la biblioteca del barrio, ha sido porque muchas veces, creo que los profesores ven que los alumnos se cansan de la rutina que existe en su propia clase. Considero  que pidiendo permiso tanto al centro donde se trabaje, como a la biblioteca a la que se quiera acudir y a la que sepamos que se ofertan estas entretenidas cosas para el fomento de la lectura,  se puede sacar de excursión a nuestros niños de primaria a pasar la clase de literatura en la biblioteca.
En sitios como este, podrán los alumnos leer de forma autónoma y después ofrecer al resto de los niños que acudan, sus opiniones acerca de los libros que hayan decidido leer.

No sé si estaré redactando en esta entrada, algo totalmente complicado de hacer en mi futuro laboral… pero ojalá, se pueda llevar a cabo.
La satisfacción de poder ver como los alumnos reflejan sus opiniones de un libro que ellos mismos han elegido sin cerrarles las puertas a la propia elección, o poder ver como disfrutan al saber que van a salir  del aula aunque la función vaya a ser la misma que la que se llevaría en la clase,  es muy enorgullecedor para un maestro profesional.



Biblioteca Pública  De  Vallecas,



2 comentarios:

  1. Estoy convencida que sabrás cómo llevarlo a cabo en tu futuro profesional Aroa!

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  2. Una entrada preciosa. ¡Casi dan ganas de ir allí uno de los días de cuentacuentos a ver a los niños disfrutar de la literatura!
    Tu idea de llevar a los niños de "excursión" es excelente. ¡Ojala puedas hacerlo cuando seas maestra! Pero recuerda que también tendrás una importante labor en la "educación" de los padres. En las reuniones grupales o personales con ellos, deberías animarlos a ir con sus hijos a ese lugar mágico y lleno de libros que esconde tantas sorpresas y que puede ser tan interesante o divertido como una ruta en bici por la Casa de Campo o como una visita a la Warner.
    Te lo anoto como voluntario.

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