jueves, 16 de diciembre de 2010

Una carta para ti.

16-12-2010




Querido rey Melchor:


Te preguntarás porque me dirijo solo a ti, pero te tengo que confesar, que desde que supe de vuestra existencia, se que solo tu, conseguirás entender y comprender porque pido lo siguiente.
No creo que te cueste mucho conseguirlas, porque todas las cosas, si se pueden llamar así, son positivas, y se, que eso te parece bien.
Tu sabes lo romántica que soy, y lo sensible que me pongo con ciertas cosas, sobre todo, lo relacionado con el amor. Sabes que actualmente vivo una ilusión muy real, gracias a una persona especial, por ello, y respecto a esto, te quería pedir que me envíes todo lo necesario para que esa ilusión se mantenga viva, y que todas las miradas de aprecio, respeto, y cariño que entre el y yo existen, sigan teniendo la misma fuerza y a la vez delicadeza, que desde siempre y hasta ahora, hemos transmitido.
Dejando a un lado, uno de mis grandes deseos, te quería comentar otra cosa.
He cumplido los dieciocho años, y pensaba que todo iba a ser genial, pero no es así, hay muchas complicaciones. A lo que me refiero, es que hay veces que se presentan obstáculos, y eso, me hace ser muy negativa, haciendo esto, que me olvide de las cosas que verdaderamente importan. Una vez aclarado esto, te pediría que me trajeses algo para que aprenda a valorar las cosas que de verdad importan, y así, pueda dejar a un lado lo insignificante. Ya sabes que me conformo con poco, y aunque a veces sea un poco revoltosa, y no me merezca muchas cosas, todo lo que me traigas me ayudará a mejorar mis pequeñas preocupaciones.
Ya solo tengo una última petición. Se trata de mi hermana. Está en una edad muy rebelde, pero es que yo no me quedo atrás. Muchas veces, el orgullo que demuestro cuando estoy con ella, hace que en casa, se cree un huracán que a mis padres les provoca terror.
Somos dos chicas, y se que es normal que discutamos, pero esto hay que solucionarlo porque primero, soy yo la que exploto, después, ella se pone a llorar, me chilla etc... pero luego, ambas nos arrepentimos.
Necesito que intervengas y sé que toda intervención que hagas, será maravillosa. Creo, que no me queda nada más por ahí suelto, así que, eso es todo.

Muchas gracias Melchor.


Firmado: Aroa Morato

No hay comentarios:

Publicar un comentario